viernes, 6 de mayo de 2011

Ernesto Sábato





ERNESTO SÁBATO (1911-2011)

Entre las lecturas programadas para este año, está El túnel. Su autor, Ernesto Sábato, murió en estos días, más precisamente el 30 de abril. Había nacido en la localidad de Rojas, provincia de Buenos Aires, el 24 de junio de 1911. Estaba a punto de cumplir 100 años. Todos los años les pido que busquen algo de la biografía de los autores de los textos que trabajamos: en qué época vivió, dónde nació, cuál es el contexto en el que desarrolló su tarea literaria. También les digo que no abunden en datos sobre la bibliografía del autor porque, si no la leen, de nada sirve aprenderse los nombres de memoria.

Pero con Sábato sucede algo especial. En principio, es vecino: vivía en Santos Lugares, una localidad del primer cordón de la provincia de Buenos Aires. Por otro lado es contemporáneo, o sea, vivió nuestra misma época (y unos cuantos años antes también). Finalmente, su obra literaria es acotada. Escribió solo tres novelas: El túnel, Sobre héroes y tumbas y Abbadón, el exterminador. Además escribió varios ensayos.

Como verán, les estoy ahorrando la tarea de buscar algunos datos. Lo que quiero compartir con ustedes son fragmentos de notas de prensa que se escribieron en estos días, en ocasión de su fallecimiento. Porque Sábato fue mucho más que un escritor. Al final de su vida se dedicó a la pintura. Cuando era joven estudió en la Universidad y se doctoró en Física. Y en su edad madura, fue el presidente de la CONADEP, organismo que investigó y documentó lo sucedido durante la dictadura militar, convirtiendo esa investigación en un texto llamado Nunca más.

En los siguientes fragmentos periodísticos encontrarán una semblanza de este hombre, quien junto a Borges, Cortázar y algunos otros, es uno de los mejores escritores argentinos.

EL NUNCA MÁS, LA BIBLIA DE LOS DERECHOS HUMANOS por Norma Morandini

Las nuevas generaciones actualizan las preguntas que increpan a la Historia y se agregan al repertorio que ya existe como legado. De modo que el libro "NUNCA MAS" debe ser visto como lo que es: un documento histórico, casi la Biblia de lo que nos pasó. De la misma manera que la Biblia no se rescribe sino que se reinterpreta al calor y el color de las contingencias, es que debiéramos ser respetuosos con aquellos que vencieron su propio miedo y, cuando pocos en el país se animaban siquiera a querer saber, abrieron esa caja de Pandora para que se desparramaran entre nosotros todos los males del mundo. "Descendí a los infiernos", decía Ernesto Sabato en todos los idiomas. Fue el "NUNCA MAS" el que sirvió como base para acusar en un juicio sumario a las Juntas Militares.


Fuente: Revista Ñ


"Con Ernesto Sábato se va una figura emblemática de la Argentina del siglo XX. Fue quizás el último gran intelectual y escritor de ficción conocido (no necesariamente leído, pero sí visible e identificable) por todas las capas sociales dentro del país, y a la vez difundido y galardonado en el más alto nivel internacional (se le concedió el Premio Cervantes, nada menos). Fue, por otro lado, un sensible espejo del país, de sus tensiones y contradicciones, un inclasificable en lo político, con posturas muy propias que solían incomodar. También se convirtió en el ícono de una nueva conciencia ciudadana cuando, convocado por Raúl Alfonsín, se puso al frente de la CONADEP". María Rosa Lojo


Fuente: diario Clarín.


VECINO (por Hugo Calegaris)

Cuando me muera, quiero que me velen acá, para que la gente pueda acompañarme en el viaje final. Y quiero que me recuerden como un vecino, a veces cascarrabias, pero, en el fondo, un buen tipo." Esto le pidió Ernesto Sábato a su hijo, Mario, y así se hizo: un velorio de barrio, en el club que está enfrente de su casa, el Defensores de Santos Lugares, en el primer cordón del Gran Buenos Aires.


Cuando aún estaba en la plenitud, salía muchas veces furioso a la puerta a protestar contra los que ponían la música muy fuerte o a secuestrarles pelotas de fútbol a los chicos de mala puntería. A las explosiones podían seguir buenos gestos: abrir la casa para los chocolates del cumpleaños, regalar cuadros, poner el hombro cuando había que reclamar algo. Para su gente, Sábato era las dos cosas: un cascarrabias y un viejo sabio con el que hasta se podía hablar de fútbol. Era tal como lo veían, no pretendía caer simpático. Se mostraba como era.


Fuente: diario La Nación


Algunas frases de Sábato


“La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse.”


“Al parecer, la dignidad de la vida humana no estaba prevista en el plan de globalización.”


“Dios existe, pero a veces duerme: sus pesadillas son nuestra existencia.”

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